Enemigos de la innovación

Artículo publicado en el diario “La Prensa” de Nicaragua, el 27-Enero-2012 en su versión impresa página 13 A.

Por: Juan Vega Gonzales

Existen varios aspectos que contribuyen a dar valor a una empresa o negocio. Dos de los más importantes tienen que ver con las personas y los procesos innovadores.

Las personas o colaboradores de la empresa aportan con sus ideas, tiempo y conocimientos, a cambio de una remuneración. Es responsabilidad de los directores y gerentes de la empresa asegurar que esos elementos se motiven, combinen y utilicen de la manera más eficaz posible.

Los procesos representan una secuencia de acciones que permiten producir bienes y servicios buscando proporcionar valor y satisfacción a clientes, empleados y dueños de la empresa.

Los procesos presentan el desafío de transformar el conocimiento individual en herramientas y actividades estándares, que puedan ser aplicadas por cualquier persona. La innovación utiliza la imaginación para encontrar conceptos y formas de trabajo que permitan generar más valor.

Con innovación desarrollamos nuevos productos o servicios, nuevas maneras de distribuirlos, y/o nuevas formas de concebir su uso, permitiendo ahorrar tiempo, costos y mejorar continuamente la productividad y ganancias del negocio.

Veamos el ejemplo de los celulares que pasaron de ser aparatos de llamadas telefónicas a minicomputadoras.

Si la innovación es tan importante, cabe preguntarnos por qué no se da con más frecuencia. Existen varios aspectos que pueden obstaculizarla seriamente. Los llamados “enemigos de la innovación”. Algunos ejemplos:

  1. Cultura y estructura organizativa de la institución. Es posible que los errores sean severamente sancionados o cuando menos mal vistos, lo cual limita cualquier intento de innovación. No obstante, toda innovación implica un proceso de “prueba y error”, constituye parte del aprendizaje e implementación de la innovación.
  2. Los egos de los gerentes o propietarios de la institución. Fueron exitosos en el pasado y tienden a creer que son infalibles, tratan de mantener el “estatus quo” y/o no quieren arriesgar ningún tipo de cuestionamiento a su autoridad.

Lo que ocurre con el “factor ego”, es que convierte a las empresas o negocios en víctimas de su propio éxito. ¿Qué hacer para evitar esta situación?

Volver a la humildad original que les permitió crecer. Estar permanentemente atentos a todo lo que pasa a nuestro alrededor, explorando las oportunidades de mejora o cambio, y permitir los errores de aprendizaje, que son parte del proceso innovador.

Es preciso eliminar obstáculos que impidan mantener en alto la motivación y realizar periódicamente procesos de consulta con sus colaboradores y clientes, quienes suelen ser el principal estímulo y fuente de inspiración para la innovación y mejora.

Los errores de aprendizaje son distintos de los errores por negligencia o descuido intencional en el proceso de cada día; los cuales deben ser controlados y reducidos al mínimo en un proceso de mejora continua.

Evaluación periódica, inspiración y perseverancia son necesarias para mantener la innovación y éxito del negocio. Recordemos la frase: “todo puede parecer un fracaso a medio camino”.